viernes, 22 de septiembre de 2017

El hombre que salvó al bebé de Ourense sigue rebuscando en los contenedores Manuel Camiña, «Pirolas», vive de recoger chatarra, carece de ayudas y no ha recibido ningún reconocimiento




El hombre que salvó al bebé de Ourense: «Nadie me ha ofrecido nada por ello»

Ourense / La Voz
Desde que el pasado domingo trascendió que había sido una persona sin recursos, que buscaba entre los contenedores, el que había encontrado un bebé con vida y que su hallazgo había salvado al niño, la vida de José Manuel Camiña Valeije, conocido en su barrio de Covadonga como «Pirolas» o «Mesi», no ha cambiado tanto.
Sí recibe el reconocimiento de sus vecinos, que le aplauden y vitorean desde un cercano parque infantil mientras se hace las fotos para esta entrevista, pero sigue dedicándose cada día a buscar chatarra en contenedores. No cobra ninguna ayuda ni ha recibido ningún reconocimiento de instituciones públicas por su acción. La concejala de Servicios Sociales del Concello de Ourense, Sofía Godoy, afirma que están intentado ponerse en contacto con él para hablar, y también darle las gracias, pero que la persona tiene que voluntariamente solicitar la ayuda que precise. La edila explica que solo consta una visita suya a servicios sociales en el año 2012 pero no volvió. En la mirada de Manolo se refleja todavía la satisfacción por lo que hizo, por haber salvado al recién nacido de una muerte segura.
-Cuando encontró al niño ¿fue porque estaba buscando algo en el contenedor, no porque hubiese oído nada?
-Estaba buscando chatarra, como todos los días. El niño no se movía, sacudí una bolsa y me salió. Me asusté, pensé que era otra cosa. Lo miré llorar y llamé a un chico y una chica que me vinieran ayudar. Llamaron a la policía y a la ambulancia y yo me marché a buscar chatarra.
-¿Se quedó esperando a ver cómo estaba el pequeño?
-El niño estaba bien. Yo me quedé esperando un rato, vi que tardaban, les dije a ellos si quedaban allí y me fui a otro contenedor. Vino mucha gente. Luego vino la policía allí para que le diera los datos.
«Me alegro de haberlo encontrado. Tendré que ir a visitarlo al hospital»
-¿Y no vio a nadie antes?
-No había nadie por allí. Me alegro de haberlo encontrado. Tendré que ir a visitarlo al hospital que aún no fui. Eso no se le hace a nadie. Déjalo en la puerta de una iglesia, de un supermercado... pero no lo tires a la basura. ¿O le gustaría a ella que la tiraran a la basura, que la envolvieran en un trapo para asfixiarla? Hay que ser bien hijo de puta, eso yo no lo haría, pero hay cada uno...
-Desde entonces, ¿qué tal la reacción de la gente?
-La gente del barrio, bien. El niño moría si no llego. Llego a tardar cinco minutos y se muere porque estaba envuelto en la toalla, se asfixiaba. No respiraba, respiró por el golpe al tirar de la bolsa, al sacudirla y al caer se asustó y lloró. Porque el niño no estaba llorando ni nada, no había gemidos ni se movía. Con el golpe empezó a llorar.
-¿Y le han llamado del Concello o de otra institución para preguntarle si necesita algo?
-Nadie me preguntó nada. Yo no tengo paga ni estoy cobrando nada. Mi madre y mi padre están muertos. Vivo con un hermano que tiene una paga Risga que no llega a nada, para todo el mes, que hay que pagar luz, el agua...

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