https://www.msn.com/es-es/noticias/espana/warner-exigi%c3%b3-a-interior-cubrir-a-piol%c3%adn-para-no-da%c3%b1ar-su-imagen/ar-AAsvx5A?li=BBpmbhJ
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Puestos a cachondearse, el medio millar de policías y guardias civiles que duermen en los camarotes del crucero Moby Dada decorado con las caricaturas de Piolín, el gato Silvestre y el Demonio de Tasmania han sido los primeros en echarse unas risas y tomar con humor las pésimas condiciones en las que han sido acomodados en Barcelona. El sábado, unos operarios trataron de tapar con lonas las figuras de los dibujos animados.
Una maniobra de camuflaje que desató una campaña internacional que
exigía la inmediata liberación del canario. La pregunta fue instantánea:
“¿A qué lumbreras del Ministerio del Interior se le ha ocurrido
semejante medida?”. Pues no. Fue la todopoderosa compañía Warner Bros., con derechos de imagen de
los tres dibujos animados que amenizan el exterior e interior del
barco, la que exigió esta semana al Gobierno que o escondía a sus
muñecos u obligaba a la naviera a llevarse la embarcación.
La Vanguardia telefoneó
ayer tarde a la responsable de comunicación de Warner en España, quien
declinó hacer ningún tipo de declaración. Pero una fuente oficial al
corriente de los quebraderos de cabeza que el barco está causando estos
días al Ministerio del Interior confirmó a este diario la información.
Durante
los últimos días, los técnicos del Ministerio del Interior y la
Delegación del Gobierno en Catalunya trataron de dar con la mejor
solución para ocultar los personajes. Conscientes de que cualquier
solución sería mala, evitarían un conflicto de derechos de imagen con la
Warner, compañía que ha visto como en los últimos días su canario se ha
convertido en icono del movimiento independentista y protagonista en
muchas concentraciones. Hasta el omnipresente activista Julian Assange
pidió estos días la puesta en libertad de Piolín.
El pasado fin de
semana unos operarios decidieron cubrir a los tres muñecos con unas
lonas gigantes que descolgaron desde la cubierta. Pero el invento no
funcionó. Los plásticos se movían, el canario reaparecía a merced del
viento, y los policías y guardias civiles que duermen en los camarotes
con vistas a los dibujos animados se quejaron, y con razón, porque se
habían quedado sin la poca luz y aire que les entraba por las
escotillas.
El Moby Dada es, junto con el Rhapsody y
el Azzurra, los tres cruceros que el Ministerio del Interior alquiló
de urgencia para hospedar a parte del operativo de guardias civiles y
policías nacionales trasladados a Catalunya para impedir el referéndum
del 1 de octubre.
Las risas, chistes y mofas por los
dibujos animados del casco de uno de los tres barcos tapó otra realidad
menos divertida para los agentes hospedados: diminutos camarotes para
cuatro, que tras protestas lograron ocupar sólo dos. Algunos sin
ventanas, apenas luz y sin conexión a internet en buena parte de los
barcos. La comida también fue motivo de protesta. Tras el primer
desayuno, algunos a punto estuvieron de amotinarse. El ministerio
reaccionó y subcontrató un nuevo servicio de catering.
Además,
estar hospedado en un muelle tiene otros inconvenientes, como la
movilidad. No se entra y sale del recinto portuario con la libertad de
los que están durmiendo en un hotel o cuartel militar. Pero “mejor no
quejarse en voz alta”, admite un policía. El último que lo hizo y
compartió un vídeo en el que se mofaba de su camarote fue expedientado y
enviado de vuelta a casa.
Piolín seguirá tapado.
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