jueves, 26 de octubre de 2017
El injusto olvido de la única «gata astronauta» de la historia Muy pocos recuerdan a Félicette, que viajó al espacio en 1963 BITÁCORAS 26/10/2017 09:30hActualizado:26/10/2017 11:10h
Qué nombres aparecerían en tu mente si te preguntasen por astronautas ilustres? Indudablemente, uno de los primeros sería el de Neil Alden Armstrong, el primer ser humano que pisó la luna. Si eres español puede que también hables de Pedro Duque, el primer astronauta de nacimiento y nacionalidad española que viajó al espacio. Habrá incluso quien recuerde a la perrita Laika, el primer ser vivo terrestre en orbitar la Tierra. Pero probablemente nadie haga referencia a una gata llamada Félicette.
Esta minina fue lanzada al espacio por Francia el 18 de octubre de 1963. Nunca antes un animal de esta especie había llevado a cabo una misión semejante; y por el momento, ningún gato lo ha vuelto a hacer. Sin embargo, Félicette no goza del aura de heroína que sí lucen otros pioneros ilustres. Una suerte de injusticia histórica a la que el empresario Matthew Serge Guy se ha propuesto poner remedio. Lo ha hecho muy en serio: ha lanzado una campaña de crowdfunding para erigirle una estatua.
Matthew pretende reunir 40.000 libras, unos 44.580 euros, para construir el monumento que asegure que Félicette tenga el lugar que merece en la memoria colectiva. Su gran objetivo es que se recuerde su vida y se reconozca la importancia de la misión que llevó a cabo. Él mismo explica cómo esta gata fue la elegida para el viaje al espacio entre 14 candidatos felinos. Existe una versión que sostiene que la encontraron en las calles de París, otra apunta que fue comprada a un criador. En todo caso, se le consideró la mejor aspirante tras un periodo de entrenamiento.
Félicette despegó desde una base en Hammaguir, Algeria, a primera hora de la mañana del 18 de octubre de 1963. Alcanzó una altura máxima de 157 kilómetros. Su viaje fue muy breve y duró apenas unos minutos, tras los que fue devuelta a la Tierra en una cápsula provista de paracaídas. La gata logró sobrevivir, algo que no había conseguido la perrita Laika seis años antes. Pocos meses después, sin embargo, fue sacrificada con la intención de estudiar los efectos que la aventura había producido en su organismo.
Todo esto no ha bastado a Félicette para ocupar un hueco destacado en la historia espacial. Matthew Serge Guy asegura que incluso es confundida con un 'gato astronauta' al que llaman Félix, que ni siquiera ha existido en realidad. Si la campaña de crowdfunding llega a buen puerto, la prestigiosa escultora Gill Parker creará una estatua que se pretende colocar en París. Postales, bolsos, pósters, placas y hasta réplicas del futuro monumento son algunas de las recompensas que se ofrecen a todos aquellos que hagan una aportación a la colecta.
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