( Yo más bien creo en el artículo de la entrada anterior, donde dicen que no podemos con esto. Esto es lo que pasó en mi casa. El sopas debe conocerles, en 1983 cuando nació su hija, el sopas empezó a decir que nos iba a echar encima a la policía secreta. Despues yo he podido saber que la secreta era como se llamaba a la Stasy en la Segunda Guerra Mundial, que se quedaron a vivir en España para refugiarse de los aliados. Asi que el sopas, marido de mi madre biológica, nos iba a echar encima a la secreta a su mujer y dos niñas de 9 y 6 años, solo porque no le dejaban violar todo lo que habia dentro de esa casa, como se ha podido ver despues con los años. Espero que la mafia italiana salga de mi vida si es que todavia esta en ella, porque no son bienvenidos. Si no lo quieres dejar molesta en tu casa. Os recuerdo que en América llevaron a la mafia irlandesa para echaros porque no habia quien os aguantara, que es lo que pasa en el Mediterráneo, que nadie os quiere cerca. ).
España ya no es un paraíso para la mafia: un centenar de detenidos desde 2008
La UCO de la Guardia Civil
comparte con los Carabinieri información sobre la presencia de los
mafiosos en España, un país en el que tienen presencia los clanes y
familias de la Cosa Nostra siciliana, la 'Ndrangheta calabresa, la
Camorra napolitana y la Sacra Corona Unitá de Apulia.
En el verano de 2008, los Carabinieri de Nápoles
se pusieron en contacto con la Unidad Central Operativa (UCO) de la
Guardia Civil para reclamar la detención de un integrante de la Camorra que permanecía fugado desde 2003, pero que no había cometido ningún delito en España: Marco Assegnati.
Este cuerpo policial español logró, en tan sólo
seis meses, arrestar a este delincuente en una operación, que ha marcado
un antes y un después en la colaboración policial y judicial entre
Italia y España, y que ha permitido que desde entonces se hayan
detenido a más de 400 integrantes de las diferentes mafias originarias del país transalpino, siendo un centenar de ellas en España.
A
mediados de la primera década del siglo XXI, muchos mafiosos italianos
se trasladaron a España, con un perfil delictivo bajo, y con la renuncia
a realizar acciones violentas para no alertar a las autoridades
españolas. Los mafiosos optaron por la máxima: dinero sin balas.
Es
decir, los mafiosos desplegaban sus negocios en España, huyendo de los
asesinatos y ajustes de cuentas del sur de Italia. Y tampoco
extorsionaban con el conocido como pizzo, o pago mediante extorsión, por lo que en España no existía el Estado paralelo que despliegan los clanes de la mafia.
Una prueba de este modus operandi lo sufrió el propio juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco, que en una de sus visitas a Nápoles
para investigar al clan de los Polverino vivió un episodio no exento de
cierta peligrosidad. Cuando viajaba por la ciudad en coche escoltado
por los Carabinieri, los agentes italianos se vieron obligados a
desenfundar sus armas cuando un grupo de personas interrumpía el paso
del vehículo en el que se desplazaba el juez.
Al ver las armas, la turba comenzó a gritar,
"en un intento claro de alertar a otras personas para que se dieran a
la fuga, y no pudieran ser detenidos por los Carabinieri", explica uno
de los máximos responsables de la UCO de la Guardia Civil en la lucha
contra el crimen organizado procedente de Italia.
No fue a Nápoles
Antes
de que la UCO y otras fuerzas policiales aceleraran en su lucha contra
las mafias, España era considerado un paraíso para los mafiosos
italianos tal y como muestran las investigaciones desarrolladas por la
Guardia Civil sobre uno de los integrantes del clan de Polverino, de la
camorra napolitana. Fabio Alegro, que en el argot mafioso había hecho la "cresta" a su jefe, es decir, se había enriquecido más de lo permitido, se negó a desplazarse a Nápoles.
De esta forma evitaba una posible ejecución,
ya que en España existía la orden implícita de no matar. Para acabar
con cualquier camorrista, los jefes les llamaban para que se desplazaran
a Nápoles, y allí cometían el crimen. Pero nunca en España, ya que
hubiera alertado a la opinión pública española, y con ello a las
autoridades.
Todo para evitar cualquier
altercado, arresto o detención para mantener la hasta 2008
desapercibida presencia de la mafia en España. Sin embargo, de forma
reciente, los clanes italianos ha roto esta forma de actuar en España.
En concreto con el crimen cometido en Murcia contra uno de los
principales integrantes de la mafia calabresa o 'Ndrangheta, Giuseppe Nirta.
Fue encontrado muerto con siete disparos, dos de ellos en la cabeza. Un
sello evidente de que podría tratarse de un crimen mafioso, y algo que
preocupa en España, porque podría tratarse de un cambio en la forma de
actuar, que hasta hace muy poco rechazaba la violencia física.
Según un informe de 2017 de la Universidad del Sacro Cuore y Transcrime
para el Ministerio del Interior italiano, España es, al margen de la
propia Italia, el país con una mayor implantación de las diferentes
mafias transalpinas.
Además, es el único
Estado en el que se han establecido las cuatro principales
organizaciones criminales mafiosas: la Costa Nostra siciliana, la Camorra napolitana, la 'Ndrangheta calabresa y la Sacra Corona Unitá (Apulia).
"No todos los restaurantes de italianos en España son de mafiosos, pero no hay un mafioso sin restaurante", sentencia uno de los integrantes de la UCO
Estas organizaciones criminales utilizan a
España para escapar de la Policía italiana o incluso de sus
correligionarios de la mafia. Ya que están más seguros y cómodos
que en Italia. Pero también la mafia ha logrado extender sus negocios
en España, cuyo principal delito es el blanqueo de capitales. Sobre todo
en la hostelería e inmuebles: "No todos los restaurantes de italianos
en España son de mafiosos, pero no hay un mafioso sin restaurante",
sentencia uno de los integrantes de la UCO especializados en la lucha
contra las mafias italianas.
Los delincuentes
italianos utilizan los restaurantes para evitar los teléfonos móviles,
así como para establecer contacto con sus clientes o suministradores de
hachís, uno de los negocios en los que se ha involucrado la camorra
napolitana en España.
Precisamente en la última intervención policial contra la Camorra en España, agentes de la UCO de la Guardia Civil
y los Mossos d'Esquadra registraron el restaurante italiano Assunta
Madre, situado en pleno centro de Barcelona y uno de los locales más
afamados y reputados en la ciudad condal por su cocina mediterránea,
especialmente de mariscos y pescado, y al que acuden muchas
personalidades del mundo de la cultura, el fútbol, la gastronomía y la
política.
Un simple pizzero
El juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón
ha acordado este viernes el ingreso en prisión de seis de los
arrestados. Y uno de ellos, aseguró ante el juez que él era un simple
pizzero, que ganaba entre 700 y 800 euros al mes.
Por su parte, la 'Ndrangheta
se ha especializado en el tráfico de cocaína, por lo que han logrado
numerosos contactos con los suministradores colombianos, que utilizan a
España como rampa de lanzamiento hacia Italia y otros países de Europa.
En este sentido, desde el arresto en 2008 de Marco Assegnati,
las intervenciones conjuntas de la UCO con los Carabinieri ha logrado
la detención de 102 personas en España, 310 en Italia y 19 en Nueva York
(EEUU).
Según la estimación realizada por el
Gobierno italiano, las intervenciones conjuntas de las sucesivas
operaciones Laurel han logrado intervenir todo tipo de cuentas
bancarias, inmuebles y artículos de lujo por un valor de 1.000 millones de euros.
Italia,
un país que apenas comparte sus informaciones sobre la Mafia, comenzó
en 2008, tras el arresto de Marco Assegnati, a colaborar de forma
estrecha con la UCO de la Guardia Civil, y más en concreto con el Grupo de Crimen Organizado procedente de Italia.
Giuseppe Polverino
Y gracias a este trabajo conjunto, los agentes españoles lograron detener
a uno de los principales capos de la camorra napolitana que se había
instalado en España: Giuseppe Polverino, cuyo apellido da nombre al clan
asentado en Marano (Nápoles).
En diciembre de 2009, la Fiscalía Antimafia
de Nápoles realizó un encargo a la UCO, sin duda de gran relevancia:
desarticular al clan de los Polverino, que se había asentado en España.
El fiscal Marco del Gaudio
ya consideraba a la Guardia Civil todo un referente en la lucha contra
este tipo de crimen, que en Italia ha provocado más muertes que el
terrorismo en el conjunto de Europa.
De
hecho, la presencia activa de Polverino en España provocó problemas de
este camorrista en su Marano natal, ya que los clanes basan una parte de
su poder en su presencia habitual en su territorio, que prácticamente
había abonado por la costa mediterránea española.
En el maletero
Esta
situación obligó a Giuseppe Polverino a realizar varios desplazamientos
a su país, en los que utilizaba diferentes medios de comunicación.
Llegó a viajar dentro de camiones, en un maletero de un coche, en tren y en coches de su organización.
En 2009 llegó un nuevo éxito de la Guardia Civil con el arresto en Tarragona de Domenico Verde, un jefe de paranza
o célula del clan Polverino. Pero esta operación también supone un hito
especial en la actuación de la UCO, que por primera vez podía disponer
de información "activa" suministrada por las autoridades italianas, lo que da una muestra de la confianza que tienen en la Guardia Civil española.
Cualquier
fuga de información podría haber perjudicado a la operación, que una
vez más fue un éxito, ya que en la misma se logró detener a los
suministradores de hachís del clan en España, especialmente de Mulay Idriss Mirani, con vínculos con Al Qaeda.
Según el arrepentido Biagio di Lanno, el
marroquí formaba parte de la red de 'narcofinanciación' del terrorismo
islamista que se permitió el detalle de alertar a los mafiosos italianos
de que se iban a cometer los atentados del 11-S en Nueva York y del
11-M en Madrid.
En 2010, apenas dos años
después de iniciar la estrecha colaboración, la UCO de la Guardia Civil
procedió a la detención de otro importante camorrista: Fabio Alegro, jefe de paranza o célula delictiva de los Polverino en Málaga.
Abogados y banqueros
En
esta intervención policial, los agentes no sólo lograron arrestar a
Alegro, que había hecho la cresta o invertido más de lo permitido por el
capo Giuseppe Polverino, algo que según los investigadores sacó de quicio
al capo del clan, que no estaba dispuesto a que uno de sus inferiores
elevara sus ingresos, sino que también se consiguió detener a abogados,
banqueros y camioneros, al mismo que se logró intervenir empresas y
vehículos de alta gama.
Pero sin duda
alguna, el máximo logro de la unidad de la UCO especializada en la lucha
contra el crimen organizado procedente de Italia fue la detención del
capo del clan de Marano: el mencionado Giuseppe Polverino,
que ya se había asentado de forma definitiva en España, y que estaba
incluido en la lista de las 30 personas más buscadas por las autoridades
italianas como jefe del clan que controlaba el tráfico de hachís del
Sur de Italia y cuya influencia abarcaba las localidades de Marano, Vomero y Camaldoli.
Según
la justicia italiana, Polverino podía controlar un imperio económico de
mil millones de euros y estaba en busca y captura. Esta persona estaba
considerada como "de máxima peligrosidad" por las autoridades italianas,
al ser responsable, como jefe del clan, de varios asesinatos en Nápoles.
La
detención de Polverino fue muy laboriosa, según recuerdan los agentes
de la OCU, que destacan que el capo disponía de una treintena de teléfonos "punto a punto",
lo que significa que sólo se encendían en una determinada franja
horaria y que sólo se utilizaban para llamar a un único número de
teléfono.
Jerez de la Frontera
De esta forma, los camorristas hacían casi imposible que los agentes pudieran rastrear las llamadas. Sin embargo, los guardias lograron la detención de Polverino en Jerez de la Frontera en 2012, y será juzgado junto al resto de integrantes de su organización en la Audiencia Nacional.
La
última gran operación antimafia, rememoran los agentes de la UCO con
los que ha conversado este diario, fue la desarrollada en Estados
Unidos, que contó con la colaboración de la Guardia Civil. Uno de los
colaboradores de los Lucchese, una de las cinco familias de la Cosa Nostra en Nueva York, era el español Carmelo García Babarro, un vasco de 65 años.
En la denominada operación Brooklyn
Carmelo García fue uno de los 19 arrestados. Según la UCO, este
integrante de la mafia, en calidad de asociado, trataba de asentarse en
la familia facilitando negocios ilícitos en España, en concreto en
relación al tráfico de cocaína.
Carmelo García se enfrenta a una posible cadena perpetua,
al ser acusado de conspiración. En Italia las penas para los mafiosos
también son duras, mientras que en España, que hasta el momento no ha
padecido la violencia mafiosa, los procesados se enfrentan a acusaciones
de menos de diez años de cárcel.
De esta
forma, la cooperación entre Italia y España para luchar contra la mafia
ya ha saltado a Estados Unidos, cuyos cuerpos policiales cuentan para
luchar contra la mafia con la Guardia Civil, que realizó al menos dos
seguimientos en España a Carmelo García, y en uno de ellos lograron
identificar a Tindaro Corso, Tino, (del
segundo escalón de la jerarquía del clan mafioso). Al final la
operación fue un éxito, al igual que la cooperación con los Carabinieri
iniciada en 2008 con la UCO, que ha propiciado desde entonces más de 400
detenciones.
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