martes, 3 de octubre de 2017

Chipólo vater - Pater hoy he estado en la Basílica y he tenido la oportunidad de meditar sobre mi fé aunque no he llegado a ninguna conclusión nueva porque poco tiempo atrás me di cuelta de algo. Pater yo se que hace años tiene usted dudas sobre mi fé. Yo sabia que me alejé de la iglesia pero que nunca renuncié a Dios y siempre le tuve presente pero hasta yo dudé de cuanto me alejé al conocer sus dudas que usted de vez en cuando me trasladaba para cerciorarse. Por un lado le confieso que me siento afortunada porque usted no abandone su empeño de cerciorarse porque ustedes son la guarda y custodia de nuestra esencia aunque me hubiera gustado que hubiera pasado antes y me hubieran invitado a las reuniones insistentemente también. Doy gracias porque ahora sé que existe un futuro y no solo un presente para la casa. Mis siguientes palabras no seran amables pero son veraces y sin ánimo de ofender ni hacer daño sino que pretenden arrojar luz sobre las tinieblas de mi pasado para eliminar sus dudas. En las últimas clases de mayo de 2011 de mi año de fin de carrera justo antes de irme de erasmus en junio, en la asignatura de economia para paises subdesarrollados, ( no recuerdo bien el nombre, era una asignatura optativa que impartía el que era el director de la escuela ese año ), a traves del chipólo oí una voz cuando llevábamos impartida la mitad de la clase. Entonces yo que nunca había oído una voz como la que oían la virgen María o cualquiera de los protagonistas de la biblia pensé en quien podría ser el que me hablaba solamente a mi en medio de la clase. La voz en off solo me dijo tres palabras que ahora no recuerdo pero arrastró las palabras al pronunciarlas y el tono era algo socarrón. Yo la única explicación que encontré para aquello era que sería Dios porque la voz no me hizo daño ni me dijo que matara a nadie que es el argumento de las pelícuas del cine y la televisión para las voces demoníacas que oyen los protagonistas de la película. Son voces demoníacas porque insultan y ordenan matar. Entonces pensé en silencio asombrada : es Dios. Dios me está hablando. ------- Entonces me quedé en silencio sin escuchar al profesor y miré al resto de alumnos que estaban en aquella clase que casualmente era la sala de audiovisuales de la universidad. Pensando en todo esto de la falta total de fé y el paganismo del que se me presuponía por acusaciones veladas y traidoramente encubiertas y no informadas a mi por la iglesia contraviniendo el Habeas Corpus que tiene 1300 años yo podia haber pensado : la voz es un hada, la voz es de un duende, la voz de la bruja Morgana ... o cualesquiera otra deidad de las culturas europeas, pero no, yo solo pensé en el Dios cristiano apostólico y romano de mis antepasados. Entonces, cuando me estaba fijando en mis compañeros de clase vi que se estaban aguantando la risa y me puse nerviosa y pensé que ellos tambien habian oído la voz porque ellos tambien llevaban chipólo médico insertado ( usted sabe que hablo metafóricamente y que tiene usted que leer entre líneas ), y pensé que igual no era Dios el que me habló por lo socarrón de las palabras y por la reacción de mis compañeros a los que mi fé todavía conservada a pesar de las tribulaciones les hacia gracia. En ese momento me apeteció durante un segundo renunciar a Dios para que nadie volviera a reirse de mi pero inmediatamente me sentí muy avergonzada, avergonzada de verdad, ya no notaba la existencia de nadie, no solo la del profesor sino tampoco la de los otros alumnos, nadie importaba, solo yo y lo que estaba decidiendo en ese momento. Y es que siempre me avergonzó pensar en renunciar a Dios o a Jesucristo porque me educaron en ello y porque cuando yo tenia 13 y 14 y alguien solia insistirme en que renunciara a Él yo siempre decía que no porque Él había sufrido como yo sufria por el bulling. Yo le defendía como si Él fuera otro maltratado y no como si Él fuera mi protector. Y entonces empecé a comparar la voz con las voces que yo conocía y concluí que la voz podía ser la del profesor violardor del que mis compañeros me habían estado hablando el último mes y medio de curso, abril y mayo, aconsejándome que me hablara con él a pesar de no dar ninguna clase con él ese último año de universidad. Asi he despejado mis dudas como la bruma mañanera que el viento aleja de la montaña dando paso a un dia soleado y por eso también quería que usted tuviera conocimiento de todo esto para que su conciencia quede en paz en cuanto a mi como cristiana, apostólica y romana.

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