http://www.elbolardo.com/2016/11/22/la-misteriosa-princesa-cautiva-de-la-alhambra/
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De
entre todas las leyendas que alguna vez han adornado los años de
historia de Granada, hay una que encoge el corazón. Esta es la
misteriosa historia de las hijas de Mohammed El Zurdo
que aún hoy día hay quienes dicen que sigue latente tras los muros de la
Alhambra. Y como suele suceder en estos casos todo sucede por amor.
En primer lugar por el
amor enfermizo de un padre hacia sus hijas. El Zurdo, que así era como
lo llamaban entonces en el Reino de Granada a este sultán, se había
enamorado primero de una cristiana a la que raptó para hacerla su
esposa. Como solía pasar en aquella época, no tuvo que hacer demasiado
para someter a una mujer que acabaría dándole tres hijas: Zoraida, Zorahaida y Zaida.
El relato cuenta que El
Zurdo fue a ver a un vidente para que le contase qué futuro le esperaría
a sus hijas y poder vivir más tranquilo. Aunque la respuesta que
encontró no era precisamente alentadora ya que lo que el vidente le confesó es que si algún día sus hijas conocían el amor, sería la perdición de la familia.
Por eso el sultán ordenó encerrarlas en una torre de la Alhambra.
Allí vivirían toda su vida y con tiempo de sobra para poder evitar que
ningún hombre las cautivase. Solo tenían contacto con las nodrizas (algo
así como madres postizas) que les hacían la vida más fácil. Al menos
hasta que fuesen lo suficientemente mayores como para enamorarse.
Un día, desde una de las
ventanas de la torre, vieron llegar a soldados musulmanes con presos
cristianos. Las tres princesas inmediatamente se enamoraron perdidamente de los jóvenes a los que vieron,
soñando con poder estar algún día con ellos. Pero como en toda leyenda,
la realidad era siempre mucho más cruel con ellas hasta que el destino
jugó las cartas a su favor.
Así un día las tres princesas y los tres presos se conocieron y entablaron una relación tan intensa que las hijas de El Zurdo tuvieron la necesidad de huir.
Algo que intentaron de hecho con la ayuda de sus nodrizas de tal manera
que prepararon un plan perfecto para marcharse juntos a Córdoba.
Todas menos Zoraida.
Pues aunque Zoraida amaba a su conquista, también quería mucho a su
padre y no sabía si sería capaz de vivir en paz sabiendo que el sultán
se volvería loco por la pérdida. Por esa razón Zoraida fue incapaz de
abandonar la torre quedando sola, sin sus hermanas y sin su amado,
cautiva en dicho espacio de la Alhambra. Allí moriría y allí lamentaría
su desdicha eternamente. Pues cuenta la leyenda que aún hoy en las
noches de luna llena se puede escuchar un llanto de desconsuelo de una
torre de la Alhambra. De la torre que hoy todos conocemos como la Torre de la Cautiva.
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