El 13 de noviembre de 2002, el petrolero monocasco Prestige se
accidentó en una tormenta mientras transitaba cargado con 77 000
toneladas de fuelóleo frente a la Costa de la Muerte, en el noroeste de España.
Tras varios días de maniobra para su alejamiento de la costa gallega,
se acabó hundiendo a unos 250 km de la misma. El vertido de la carga
causó una de las catástrofes medioambientales más grandes de la historia de la navegación, tanto por la cantidad de contaminantes liberados como por la extensión del área afectada, una zona comprendida desde el norte de Portugal hasta las Landas de Francia.
El episodio tuvo una especial incidencia en Galicia, donde causó además
una crisis política y una importante controversia en la opinión
pública.
El derrame de petróleo del Prestige ha sido considerado el tercer accidente más costoso de la historia,1 pues la limpieza del vertido y el sellado del buque tuvieron un coste de 12 000 millones de dólares según algunas fuentes,1 el doble que la explosión del Challenger pero por detrás de la desintegración del Columbia y el accidente nuclear de Chernobyl.1
Según la prensa internacional el valor de un buque de esas
características era de unos 22 millones de dólares, aunque un barco de
26 años como el Prestige estaría valorado en unos 4—5 millones de
dólares, y la carga podría costar unos 10 millones de dólares, lo que
implica una recompensa millonaria para quien realice el rescate. Por
este motivo, el capitán decide atrasar el remolcado hasta recibir
instrucciones de los armadores deAtenas.
Al final el acuerdo alcanzado establecía el pago del 30% el valor del
buque y de la carga si el rescate tenía éxito, pero se cubrirían los
gastos si el barco se hundía.11 Hasta que se alcanza el acuerdo, las 21.02 horas, el capitán no admite ser remolcado.
El presidente del Gobierno no presidirá la Ejecutiva del PP
Agencias, Madrid
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, viajará este lunes a Galicia para supervisar en el terreno la respuesta ante los incendios registrados
este fin de semana en esa comunidad y que ya se han cobrado la vida de
tres personas. ”Me desplazo a Galicia. Solidaridad de toda España y
coordinación leal para vencer al fuego y atender a la población”, ha
señalado el propio Mariano Rajoy en un mensaje en su cuenta oficial de
Twitter.
El jefe del Ejecutivo tenía previsto presidir ir hoy la
habitual reunión de los lunes del Comité de Dirección del PP en Génova,
pero ha cambiado sus planes por la situación que se vive en Galicia,
donde se han registrado alrededor de 150 incendios desde el pasado
viernes.
Vecinos, equipos municipales, brigadas de la Xunta, integrantes del
Ministerio de Medio Ambiente y miembros de la Unidad Militar de
Emergencias (UME) están desplegados por toda la geografía de la
comunidad para combatir una actividad incendiaria homicida sin duda
intencionada, según el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.
Primeras lluvias
Dieciséis puntos de Galicia han amanecido hoy con situación
dos, de riesgo real para núcleos poblados, por los incendios forestales
tras añadir los fuegos de Friol, Monforte de Lemos y Pantón (Lugo) y
desactivar la alerta en Negreira (A Coruña). Las primeras lluvias han
dejado hasta 4,8 litros por metro cuadrado en la costa de Pontevedra y
el viento ha amainado en la región, lo que, previsiblemente, facilitará
las tareas de extinción.
La ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente,
Isabel García Tejerina, ha apelado a la colaboración ciudadana para
poder detener a los causantes de los incendios ya que la sospecha es que
su origen ha sido provocado. ”Hay sospechas de intencionalidad”, ha
afirmado la ministra en Pamplona, donde ha protagonizado un desayuno
informativo de Navarra Televisión, en el que la presidenta del Gobierno
foral, Uxue Barkos, ha ofrecido a Galicia el apoyo de bomberos y
guardería forestal.
Sospechas de intencionalidad
En su intervención, García Tejerina ha mostrado sus
condolencias por las personas fallecidas y ha pedido la colaboración de
la ciudadanía no solo a la hora de “extremar el cuidado” para evitar
fuegos sino también para “identificar a quienes causan daños
imperdonables y irreparables”. Y ha precisado que los brigadistas piden
que no se llame pirómanos a quienes provocan estos fuegos porque no son
enfermos, son incendios que tienen “mucha mala intención detrás”..
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