Lisboa
Al menos 32 personas han muerto y otras siete permanecen desaparecidas en los incendios que afectan al centro y al norte de Portugal, según ha confirmado este lunes la Autoridad Nacional de Protección Civil a Efe. Los heridos se elevan a 56, y de entre ellos, 16 están graves. Ni
julio ni agosto: octubre y, concretamente, el domingo día 15, será
recordado en el país como el peor día del año por el elevado número de
incendios forestales. Son más de 500 focos, hay carreteras y autopistas
cortadas y varias aldeas han tenido que ser evacuadas por el peligro de
las llamas que se expanden con temperaturas superiores a los 30 grados
centígrados, una humedad inferior al 20% y unos fuertes vientos que
llevan el drama de una parte a otra del país.
De los 524 incendios a medianoche del domingo, este lunes
seguían activos más de una treintena de focos "importantes", según ha
precisado a Afp la directora de Protección Civil, Patrícia Gaspar,
en los que estaban trabajando más de 5.000 bomberos. “Todos los medios
de que dispone el país están trabajando para la extinción”, ha declarado
Gaspar, que no espera que la extinción de todos los fuegos ocurra antes
del martes. Todo el centro y el norte del país está en alerta roja.
Los incendios más graves del país, como está ocurriendo
durante esta nefasta temporada, se agrupan en el centro, en las sierras
que rodean a Coimbra (aproximadamente 134.000 habitantes), aunque la
oleada de incendios se extiende por Valença, Sertã, Viana do Castelo,
Braga, Viseu y Monção. Hasta 17 bomberos y seis civiles han sufrido
quemaduras en diferentes accidentes durante las labores de extinción de
los incendios, aunque ninguno de ellos tiene heridas de gravedad, según
el informe de media tarde del domingo.
Dos de las víctimas murieron en el municipio de
Penacova, en el distrito de Coimbra. Una tercera falleció en el término
municipal de Sertã, en el distrito de Castelo Branco, otros en Vouzela y
en Oliveira do Hospital, también en el distrito de Coimbra.
Durante toda la jornada del domingo, una quincena de
carreteras quedaron cortadas, sobre todo en el norte del país. La
autopista del Norte, la N1, fue cortada en los dos sentidos entre
Mealhada y Albergaria; también fue cortada en los dos sentidos la A11
entre Figueiredo y Braga. Varias aldeas y un camping de Figueira da Foz han sido desalojados ante el riesgo de ser alcanzados por las llamas.
Incendios provocados
El secretario de Estado de Administración Interna de
Portugal anunció a primera hora de la noche del domingo que la mayoría
de los incendios habían sido provocados, ya que se han declarado en
terrenos de pastoreo y justo un día antes de que se anunciase la llegada
de la lluvia.
En la vecina Galicia, las llamas lo están calcinando todo,
especialmente el sur. Este fin de semana había más de un centenar de
focos activos y, en parte gracias a la luvia, ahora quedan unas decenas.
Varias personas han fallecido en la Comunidad Autónoma
española y los servicios de Emergencias y efectivos de la UME (Unidad
Militar de Emergencias) continúan trabajando en las labores de extinción
para evitar que las llamas se extiendan por núcleos urbanos como Vigo
(casi 300.000 habitantes, la ciudad más poblada de Galicia).
A medianoche, grupos de personas se habían refugiado en
estaciones de servicio porque no podían continuar viajando con sus
coches al encontrarse las carreteras cortadas. La policía les escoltó
hasta estos improvisados refugios.
Las hectáreas quemadas en todo el año ya se acercan a las
150.000, una cifra nunca alcanzada desde 2007. El domingo negro llega en
una semana en que el Gobierno decidió ampliar hasta final de mes el
programa de vigilancia de los montes y de alerta máxima.
El viernes también se conoció la investigación sobre el incendio de junio en Pedrógão, en donde fallecieron 64 personas,
todas en las primeras horas del siniestro. El informe concluye que los
sistemas de comunicación fallaron en el inicio del fuego, que la
investigación atribuye a un rayo como desencadenante.
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