Abogacía Española utiliza las TIC para captar donativos para Cáritas y Banco de Alimentos
La
Abogacía Española, a través de su Fundación y los Colegios de Abogados,
utiliza las últimas tecnologías para la captación de donativos en su
campaña “Abogacía Solidaria: No dejes que la pobreza imponga su ley” con
la que se captan fondos para proyectos de Banco de Alimentos y Cáritas.
Para ello, cuenta con una plataforma a través de la cual los donantes
envían SMS Solidarios con lo que contribuyen con 1,2€, el coste íntegro
del mensaje. A fecha de publicación de esta información medio millar de
usuarios han enviado a través de sus móviles las palabras ABOGACÍA
SOLIDARIA al 28014. Por operadoras, Movistar es la más utilizada con el
51,5%, seguida de Vodafone con el 28,5 y Orange con el 20%.
Esta iniciativa se inscribe dentro del proyecto SMS Solidario de la empresa Altiria TIC, que ha llegado a un acuerdo con la Asociación Española de Fundraising(AEFr)
y las operadoras de telefonía móvil Movistar, Vodafone y Orange para
permitir que las ONG/Fundaciones sin ánimo de lucro puedan utilizar su
plataforma de SMS obteniendo el 100% del coste del mensaje como donación. Por otro lado, también ha habilitado una pasarela de pagos en la web abogaciasolidaria.es desde
la que los usuarios pueden donar con su tarjeta de crédito o su cuenta
de Paypal. La web incluye tecnología de GoogleMaps para localizar los
Colegios de Abogados, en los que se está realizando la campaña y en la
que también pueden entregarse donativos. Abogaciasolidaria.es
está conectada a Twitter, Facebook, Linkedin y el correo electrónico de
forma que pueda compartirse información de la campaña automáticamente
entre los contactos de los usuarios. En la sección Voces Solidarias
además se recogen los avatares de todos aquellos internautas que
utilizan el hashtag #AbogaciaSolidaria en twitter.
En Facebook se ha abierto un concurso en el muro del Consejo General
de la Abogacía con el lema ‘Comparte y Colabora’. Semanalmente se
publica una viñeta y entre todos los usuarios que comparten la
fotografía, se sortea un ejemplar del libro “Derechos Humanos,
¿todavía?”.
Además se han “vestido” todas las redes sociales de la Abogacía
Española con la imagen de la campaña y se han puesto a disposición de
los usuarios para que también puedan descargarselas y utilizarlas en sus muros y cuentas contribuyendo de esta forma en su difusión.
Esta Gran Colecta Anual de Alimentos se fundamenta en dos pilares básicos: la necesidad y la solidaridad. En la necesidad,
porque aún hay muchas familias que están pasando penuria alimenticia en
nuestro país, una triste realidad a la que no debemos dar la espalda a
pesar de que muchos hayan salido ya de la difícil crisis en la que hemos
estado sumidos. La Federación alcanza a ayudar a más de 1.500.000
personas desfavorecidas, con un reparto anual de alimentos de más de 153
millones de kilos, pero no por eso debemos olvidar que en nuestro país
existe una bolsa de pobreza que alcanza los 5 millones de españoles.
Por otro lado, se fundamenta también en la solidaridad.
Esencialmente en la del ciudadano, sin cuya generosidad para aportar su
tiempo como voluntario y como donante de alimentos sería imposible
llevar a cabo esta iniciativa. Pero también en la solidaridad de las
numerosas empresas e instituciones públicas y privadas que hacen
donaciones en especie y sus apoyos corporativos, así como la invaluable
asistencia de las cadenas de distribución que realizan aportaciones
específicas de alimentos no perecederos. Sobre todo realizan un
importante esfuerzo facilitando a los Bancos todo tipo de materiales y
apoyándoles en la organización de la complicada logística de toda esta
campaña de recogida.
Por todo ello el lema de este año no puede ser otro que:
¡"CUENTO CONTIGO"!
Hay que considerar el alarmante crecimiento de los llamados “pobres
vergonzantes”, familias con hogar pero en una situación económica
próxima al umbral de pobreza y que ocultan su situación de penuria en su
propio entorno social. Cerca de nosotros existe lo que los sociólogos
llaman el “cuarto mundo”.
Una masa fría de aire ártico entrará mañana por el norte de la Península,
conducida por vientos de componente norte, que provocarán la bajada
generalizada de las temperaturas en todo el territorio salvo en Canarias, y heladas en zonas extensas, informa la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
La masa continuará extendiéndose hacia el sur y el este, y afectará desde el jueves a toda la Península y Baleares, acompañada de una inestabilidad de la atmósfera que provocará nevadas en cotas relativamente bajas.
Desde
mañana miércoles y hasta, probablemente, el próximo domingo, los
vientos de componente norte traerán aire muy frío sobre la Península y Baleares.
En
estos días se producirán heladas generalizadas en buena parte del
interior peninsular. Las temperaturas descenderán durante la noche por
debajo de los cinco grados en las mesetas y zonas altas. Durante el día,
el aire frío unido al viento del norte provocará que la sensación
térmica sea baja.
Se esperan nevadas en los sistemas montañosos de la mitad norte que serán más persistentes en la Cordillera Cantábrica y Pirineos.
Las cotas de nieve pueden descender ocasionalmente hasta los 400-600 metros en el Cantábrico oriental y Pirineos, y hasta 700-900 metros en el resto de la mitad norte.
En Baleares se pueden producir precipitaciones con cota de nieve ocasionalmente en el entorno de los 500 metros.
Es
probable que a partir del domingo y durante los primeros días de la
semana próxima la atmósfera se estabilice, con el cese de las
precipitaciones y dando paso a un tiempo poco nuboso y con vientos
flojos.
En estas condiciones las temperaturas nocturnas
pueden descender aún más, con heladas fuertes, por debajo de los ocho
grados, principalmente en zonas interiores de la mitad norte peninsular.
La
carretera, estrecha, recta, y mal asfaltada discurre entre edificios y
pedregales, con matojos secos bordeándola. Camiones de mercancías
adelantan por izquierda y derecha donde la arena del desierto se come
algunos tramos del inexistente arcén. De vez en cuando, entre los
arbustos, se ve una tienda o un café en los que se juntan vehículos todo
terreno y viejos Peugeot de nueve plazas. El Arish, la capital del norte del Sinaí, en Egipto,
ha quedado atrás. Unos kilómetros más adelante está la Rafah egipcia,
mirando al otro lado del espejo a su gemela palestina en la Franja de
Gaza; enclavada justo en la frontera con ese pedazo de tierra aislada
del mundo por Israel, con la colaboración egipcia. Bajo tierra, entre
las dos, discurren túneles que como una vía intravenosa la mantienen
conectada al mundo.
Un control de la policía con sacos terreros
estrechando la vía, fuerza la parada. Los oficiales observan pasaportes y
documentos de identidad, establecen que están en regla y franquean el
paso al vehículo. Unos metros más adelante, tras una curva, el coche
toma un desvío mientras el resto de automóviles sigue la marcha. No hay señalización a la vista.
Tampoco se ven edificios. Poco a poco cambia el escenario y donde había
construcciones mal acabadas hay terrenos delimitados con varas de
madera, piedras, alguna duna. Un desierto sembrado de olivos. El
conductor, un beduino de la zona, explica en voz alta: “Esta es la carretera de la muerte.
Ni el Ejército ni la policía se atreven a pasar por ella. Muchos de
estos caminos ni siquiera los conocen. Hay muchas zonas aquí dónde sólo
nos adentramos los beduinos”.
De
aquel viaje en coche a Rafah han pasado 8 años. Hubo muchos después,
pero ninguno desde 2015. “Por razones de seguridad” los periodistas y
casi cualquiera que no resida en la zona tienen prohibido el acceso.
Decenas de controles de policía y Ejército se aseguran de que nadie
entre y de que los que salen lo hagan sin portar ninguna información que comprometa la seguridad. Siempre la seguridad. Ese es el argumento.
La zona se ha convertido en el refugio de grupos terroristas de distinto perfil
que si bien llevan años operando en la zona, han enraizado en los
últimos cuatro. El que más preocupa al Gobierno egipcio es Wilayat Sina,
la provincia del Sinaí, previamente Ansar Beit Al Maqdis, aunque cambiaron de nombre al ponerse al servicio del Daesh. Se cree que fueron ellos los que el pasado viernes mataron a 305 personas en Bir al-Abeda,
a unos 40 kilómetros de El Arish. Un área similar a la que hay de
camino a Rafah: carretera principal, pueblos aislados, y una miríada de
caminos que se pierden desierto adentro en la bíblica península. Los
beduinos los conocen como la palma de su mano.
Nadie ha reivindicado el ataque contra la mezquita sufí de Al Rawda, pero la filial de Al Qaeda en Egipto ha condenado la matanza,
y se ha desvinculado del asunto. Casi todos los varones de la localidad
fueron exterminados. Una treintena de hombres, según el relato de los
testigos al fiscal general, abrieron fuego contra los que huían después
de producirse una explosión durante el rezo. Los terroristas prendieron
fuego a los coches fuera para dificultar la huida y dispararon contra las ambulancias que se dirigían al lugar. Entre las víctimas hay 27 niños. El atentado más sangriento en la historia de Egipto.
En
los últimos años se han perdido cientos de vidas. 2017 ha sido
especialmente sangriento. En el Sinaí los ataques se han centrado en las Fuerzas de Seguridad y en la comunidad copta.
Decenas de familias tuvieron que huir de sus casas el pasado marzo por
amenazas de los islamistas. Pero los integristas han demostrado que
pueden actuar fuera del Sinaí. Atentados contra iglesias
en Alejandría y el Delta y contra peregrinos en el Egipto Medio, se han
sumado a los habituales contra controles policiales y puestos
militares. También los musulmanes sufís, una rama espiritual del islam
considerada herética por los integristas, han sido objetivo. Tras
acosarles, exigirles cesar en sus ritos e incluso después de forzarles a
firmar documentos en los que se arrepienten de su herejía,
finalmente llegó el atentado. Habían intentado bloquear el acceso por
carretera a la mezquita para prevenirlo, pero no fue suficiente. Los
testigos afirman que la bandera del Daesh ondeaba mientras les
disparaban.
Asesinatos extrajudiciales
Con
las estrictas medidas de seguridad que el Ejército mantiene en la zona
los egipcios se preguntan qué está fallando. Cada vez con más frecuencia
las críticas contra el presidente Abdelfatah Al Sisi arrecian. A pocos se les escapa que el rais se esfuerza más en acallar a sus opositores que en luchar contra el Daesh. Y no ven claro que la política antiterrorista esté funcionando.
“Desde hace años el Ejército nos alimenta con información
extremadamente increíble. No podemos confiar en ella y cuando observamos
los números, cuando investigamos un poco, descubrimos que la mayor parte de ello son informaciones fabricadas”, explica Mohannad Sabry, periodista e investigador especializado en el Sinaí.
Uno de los casos más notables fue corroborado por Amnistía internacional (AI). En abril un canal egipcio difundió el vídeo en el que un grupo de militares ejecutaba a sangre fría a supuestos terroristas
desarmados (algunos con los ojos vendados) y montaban un escenario en
el que se disponían los cuerpos junto a armas. Meses antes, el Ejército a
través de su página de Facebook había difundido las fotografías de esos
supuestos terroristas junto a sus supuestas armas y asegurado que
habían sido “eliminados” en un intercambio de fuego.
Como este, Sabry denuncia que se han producido cientos de asesinatos extrajudiciales.
“Algunas veces nos encontramos con el Ejército publicando fotos de
terroristas muertos y al día siguiente nos despertamos con la llamada de
la familia diciendo que ese es su hijo y que fue arrestado dos semanas
antes en su propia casa. Eso pasó por ejemplo en El Arish donde gente
inocente fue arrestada y aparecieron seis meses después asesinados en un
escena teatral totalmente fabricada”, recuerda aludiendo al caso
documentado por AI. El Ejército asegura haber eliminado a 3.000 terroristas,
según informaciones publicadas a través de su página de Facebook, una
cifra muy superior al número estimado de militantes que previamente
había reconocido que hubiera en el Sinaí.
En un café en El Cairo,
un hombre que hace negocios en el norte del Sinaí y que prefiere omitir
su nombre para evitar represalias, muestra unas fotos en su portátil:
olivos arrancados, casas derrumbada, colegios con impactos de bala y en ruinas.
Logró sacarlas en su móvil porque “en Rafah ya no hay electricidad”,
así que no tenía batería cuando le pidieron mostrar su contenido. “Lo
han borrado todo del mapa”, lamenta.
La política que Sisi está empleando es un “castigo colectivo”,
explica el especialista, que vive en el exilio desde que se publicó su
libro "Sinaí: Eje de Egipto, línea vital de Gaza, pesadilla de Israel".
Esa es la principal característica de la estrategia aplicada en los
últimos 5 años: “Castigo colectivo a la comunidad en general y no
preocuparse de cuales van a ser los resultados. No importa. Destruyen
casas, destruyen pueblos, desplazan a miles de personas. Borran del mapa una ciudad histórica como es Rafah
y los resultados son nulos. Los terroristas continúan operando. Mueven
sus armas, mueven a sus militantes, matan a militares y a civiles y
seguimos oyendo lo mismo por parte del régimen de Sisi. Están oprimiendo
a cientos de miles de personas y no están logrando ningún éxito en
términos de seguridad”.
El encarcelamiento y los abusos sobre la comunidad beduina durante décadas
es lo que ha permitido que el terrorismo se haya hecho fuerte en el
Sinaí históricamente. Reprimen a la población local que sería
fundamental para las labores de inteligencia y provocan con sus
asesinatos extrajudiciales de supuestos terroristas que los jóvenes se
unan a los extremistas. Especialmente en estos últimos años esa política
de tierra quemada está demostrando ser contraproducente. “Ha creado el caldo de cultivo perfecto para que prospere el radicalismo.
El Gobierno sigue sin darse cuenta de que es una política
contraproducente y que esa política es parte del problema. Y en lugar de
revisarla o de cambiarla [cuando la denunciamos] nos imputan y nos
fuerzan al exilio”, subraya Sabry.
Miles de millones de ayuda internacional
Las quejas no se oyen sólo dentro de Egipto. Resuenan también en el vecino Israel, que observa cómo la situación en su frontera se deteriora. “La ineficacia clama al cielo, especialmente teniendo en cuenta los informes de que Israel ayudó a Egipto con la inteligencia y el uso de drones
contra los bastiones de ISIS”, publica esta misma semana el diario
israelí Hareetz. Nadie entiende por qué a pesar de los miles de millones
de ayuda que recibe Egipto para la lucha antiterrorista no se ven
mejoras en la seguridad.
La respuesta de Sabry es clara: “Fallo absoluto de inteligencia en términos de control de movimiento de armas y terroristas y despreocupación por proteger a la comunidad”.
La especial orografía del Sinaí y el conocimiento profundo que las
tribus beduinas tienen de ella sería un activo a utilizar que el
Gobierno ignora. La respuesta de los analistas dentro y fuera del país
es que el presidente egipcio está invirtiendo más en aplastar a la oposición que al Daesh, y su política en el Sinaí empieza a parecer más un problema que una solución.
La
comunidad internacional sigue apoyando sin embargo a un régimen que ha
demostrado que no le preocupan los derechos ni los libertades de los
egipcios y probado su ineficacia para atajar el problema del
radicalismo. Sólo en los últimos dos años Francia y Egipto han firmado contratos armamentísticos por valor de 6.000 millones de dólares.
En 2015-2016 Gran Bretaña dio 2 millones de libras en ayuda y fondos de
defensa a proyectos de seguridad que despertaron preocupación sobre el
uso que se les habría dado ya que incluía apoyo a la policía, el sistema
de Justicia penal y el tratamiento de jóvenes detenidos (que según
denuncia Human Rights Watch sufren torturas sistemáticas en las
cárceles). Alemania y Egipto firmaron en agosto un acuerdo de
cooperación en seguridad. Un curso de formación para vigilancia digital
fue cancelado sin embargo por temor a que pudiera usarse contra opositores y no contra terroristas.
El Gobierno tiene censuradas más de 400 páginas web en este momento
incluyendo la de Reporteros Sin Fronteras (hay 60 periodistas
encarcelados), Human Rights Watch, La Red Árabe para la información de
Derechos Humanos y la del diario digital Mada Masr.
“Sisi es un
paranóico. El régimen cree que dar poder a la comunidad es algo negativo
y que si los líderes tribales ganan influencia eso fortalecerá a la oposición y sus demandas de justicia
y desarrollo económico. El Gobierno no quiere que la sociedad civil
trabaje porque creen que se convertirán en oposición o fortalecerán a la
comunidad para convertirse en la oposición”, concluye el periodista.
“No puedes convencer a un Gobierno de trabajar con una comunidad si ese
gobierno ve a la comunidad como una oposición en potencia”. Sabry habla
sobre el Sinaí pero el patrón se hace extensivo al resto del país. Con más de 40.000 prisioneros políticos
(hay quien eleva la cifra a 65.000) las cárceles son otro caldo de
cultivo para la radicalización en el que se mezclan terroristas del
Estado Islámico, islamistas de los Hermanos Musulmanes, jóvenes y activistas de izquierdas, y cualquiera que haya pasado por el lugar equivocado en el momento equivocado.
Por ejemplo, Mahmud Abu Zied, Shawkan, un fotógrafo que lleva cuatro
años en la cárcel acusado de terrorismo por cubrir la masacre de Rabaa
el Adawiya.
Aquel 14 de agosto de 2013 las
fuerzas de seguridad egipcias desalojaron una plaza en la que los
islamistas defendían la legitimidad del presidente Morsi tras el golpe
de Estado de Abdel Fatah Al Sisi. La cifra de muertos ronda el millar,
aunque no hay cifra oficial por el elevado número de desaparecidos. Una
de las mayores masacres de civiles en la historia reciente de Egipto
que marcó un punto de inflexión. Desde entonces los islamistas de los
Hermanos Musulmanes han sido demonizados y acusados de terrorismo y
cualquier acusado de pertenencia a la organización puede acabar en
prisión. Más aún desde que en abril, tras el atentado contra dos
iglesias, se declarara el Estado de Emergencia. El régimen parece ciego y
sordo, empeñado en una lucha antiterrorista que afecta más a miembros de la sociedad civil que
a radicales. Y no da muestras de que el ataque a la mezquita, el más
sangriento ejecutado por un grupo terrorista, vaya a hacerles cambiar de
táctica.
“Si la política fuera a cambiar, lo habría hecho mientras cientos de militares eran asesinados estos años,
pero nunca ha cambiado”, argumenta Sabry. Hablamos de un Gobierno “al
que no le importan ni le preocupan las pérdidas de civiles”. A Sabry le
parece que “es ingenuo pensar que el Ejército egipcio, al que no le ha
importado las víctimas civiles mientras bombardeaba las villas del sur de Rafah, de repente cambiará su política por la muerte de civiles en un ataque terrorista.
Considerado como “el último pueblo de Oriente
Medio donde se habla la lengua de Cristo”, persiste como todo un
símbolo. Tres años después de ser objetivo de los islamistas, la
esperanza parece renacer tímidamente.
55 minutos en
coche con un salvoconducto especial para atravesar los embalses y
estamos en Malula. Este pueblo, al noreste de Damasco, de mayoría
cristiana y donde todavía se habla el arameo, fue el escenario de
violentos combates contra los yihadistas entre septiembre de 2013 y
abril de 2014.
Tomando la circunvalación norte a la salida de Damasco
para tomar la ruta en dirección a Malula, evitando prudentemente las
periferias de Harasta y Qabun, todavía sin asegurar, el vehículo da un
gran rodeo, atraviesa siete check-points y se puede llegar en dos
horas y media al pueblo, más aún sin un salvoconducto especial. La
apacible localidad de Malula descansa a los pies de unos acantilados. Un
pueblo, por fin, en paz.
Malula no puede dejar indiferente a nadie
Entre septiembre de 2013 y abril de 2014, este pueblo legendario fue escenario de numerosos enfrentamientos sangrientos. Muchas casas y conventos fueron dañados, saqueados e incluso derruidos. Sus habitantes debieron buscar refugio en Damasco, en otras regiones o hasta en otros países.
De los 3.000 habitantes, Malula redujo en cinco veces su población.
600 habitantes para ayudar y todo un pueblo por reconstruir. Como dice
el padre Toufic, cura católico griego del convento de San Jorge, “allí
donde hay personas, hay vida y voluntad de sobrevivir, a pesar de un
horizonte todavía borroso para la mayor parte de los habitantes”.
Durante las primeras semanas, tanto particulares como
asociaciones e instituciones públicas respondieron a la llamada de
auxilio, ya que el prestigioso nombre de Malula no puede dejar
indiferente a nadie. ¡Este nombre que ha perjudicado tanto como ha
servido!
Las asociaciones francesas aceptaron el reto
Por un lado, el Gobierno se lanza a la restauración de las
infraestructuras básicas de la aldea: agua, electricidad e internet se
restablecen rápidamente. Por otro lado, se instalan grupos de trabajo
que se reparten las tareas, las necesidades urgentes de los habitantes y
organizan las primeras ayudas.
El padre Toufic afirma que “no basta con identificar los daños y recibir el dinero, hay que encontrar la forma de ponerles remedio y clasificar las prioridades.
Restaurar una casa en el casco antiguo, con las callejuelas estrechas,
exige tres veces más tiempo y coste que una casa actual en el centro de
la ciudad, más moderno. Pero es ahí donde vive una gran parte de los
habitantes a lo largo de todo el año.
Hay que reconstruir la escuela, completamente
destruida. Hay que recuperar el horno y el supermercado. Hay que hacer
renacer el patrimonio cultural del pueblo. Ver renacer nuevas familias.
¡Quedan tantos desafíos por afrontar!”.
Muchos desafíos han encontrado respuesta con éxito, y en
tres años, gracias a diferentes instituciones locales e internacionales.
Muchas asociaciones han ofrecido su ayuda: Misión Católica
Internacional, Ayuda a la Iglesia Necesitada, SOS Cristianos de Oriente,
han participado en la reconstrucción de casas.
La asociación Al Sakhra lucha por el arraigo de los
cristianos en su país y ayuda a reconstruir una oferta educativa. La
asociación católica L’Œuvre d’Orient envía donativos a los recién
casados para poder constituir un hogar en un entorno decente. La comuna
de Béziers (Francia), hermanada con Malula, envía donativos y servicios
regularmente por intermediación de su asociación SOS Maaloula. Hay
varias instituciones más que han preferido guardar el anonimato.
Un patrimonio cultural por reconstruir
Tras dejar al padre Toufic, nos dirigimos hacia el
monasterio de San Sergio y San Baco, que colinda con el único hotel del
pueblo, el Safir, del que ya solo queda el nombre. Por el camino nos
cruzamos con algunos jóvenes voluntarios de SOS Cristianos de Oriente,
que presentan su nuevo proyecto a los habitantes de la aldea.
“Intentamos lanzarnos en proyectos rentables a largo plazo. La melaza de
Malula es la única del mundo que se hace de manera artesanal. Así,
podemos ayudar a 120 familias en los viñedos y hacer revivir un
patrimonio cultural único”, confirman desde SOS.
Pero, ¿qué pervive de este patrimonio cultural? De camino
al coche para volver a Damasco encontramos a Georges, un sexagenario
nacido en la aldea, profesor de arameo y ferviente investigador de esta
lengua. El fondo de su biblioteca está repleto de libros santos,
enciclopedias y manuscritos en arameo. Sus ojos brillan de alegría,
porque Malula y el arameo representan el oxígeno que respira.
“He dedicado mi vida a esta lengua, a sus orígenes y sus particularidades. Enseño
esta lengua para asegurar su perpetuidad. Escribo cantos religiosos en
arameo que pronto serán adaptados por la gran coral Cœur-Joie de Damasco. Y nunca me cansaré de dar las gracias al ministerio de Educación por su interés al respecto”.
De hecho, desde hace varios años el arameo se enseña en la
Universidad de Damasco. También hay un instituto en Malula dirigido por
los ancianos del pueblo que enseña el arameo en todos los niveles, de
boca en boca, para preservar este patrimonio cultural y transmitirlo de
una generación a la siguiente, porque casi todos los antiguos
manuscritos fueron quemados durante los diversos conflictos regionales.
La asociación Al Sakhra ofrece también clases de arameo en sus centros
de Damasco para aquellos que lo deseen, y la demanda sigue creciendo.
Aeham Ahmad es un pianista y compositor sirio-palestino
de 29 años, casado y padre de dos hijos, que se dio a conocer al mundo
tras aparecer en Youtube vídeos en los que se le ve tocar el piano en medio de las ruinas de Yarmuk, un campo de refugiados palestinos que data de finales de los años 50 situado junto a Damasco.
La esquirla de una bomba le hirió la mano derecha en el
2015 y desde entonces ha dejado de interpretar a grandes compositores
como Sergei Rachmaninoff. “Mi mano derecha ya no es tan ágil", afirma.
Hijo de un violinista ciego, y símbolo de la resistencia a la barbarie
de la guerra, Ahmad ha viajado a Barcelona desde Alemania, donde llegó
como refugiado, para ofrecer una serie de conciertos organizados por la Associació Catalana per la Pau. Hoy actúa en La Bacanal a las 20.30 horas. - ¿Por qué decidiste sacar el piano a la calle en medio de las bombas?
Por una cuestión emocional. El pianista necesita tocar el
piano. Es una necesidad como lo es el beber agua. Necesitas practicar
para después interpetrar en público. Yo lo tocaba en mi pequeña
habitación, sin luz, en la más absoluta oscuridad. Era muy triste. Opté
entonces por salir a la calle. ¿Cómo reaccionó la gente?
A pesar de que el piano estaba completamente desafinado,
tocaba un mi y sonaba como un sol (se ríe), a la gente le gustaba. A
principio interpreté piezas de Chopin o Mozart, pero en seguida me di
cuenta de que no interesaban demasiado. Entonces empecé a preguntar a
los niños que me explicaran sus historias. Ellos me dieron el contenido
de las letras, sus vivencias. Componía e interpretaba sobre la marcha.
En una guerra, donde no paran de caer bombas, no puedes hacer planes. ¿De qué hablan tus canciones?
En Oriente Próximo tenemos básicamente tres tipos de
canciones: las que hablan de amor, las que hablan de humanidad y luego
aquellas que destacan la figura del dictador de turno. Mis canciones son
diferentes, hablan de nuestra situación, de nuestra realidad. Hablan de
la gente de Yarmuk, palestinos hijos o nietos de los refugiados de
finales de los años 50, como mi abuelo, y de la actual situación de
guerra, sin agua, alimentos o electricidad. Hablan de la tragedia de la
guerra. Cuando el campo estuvo bajo el control del Estado Islámico, en el 2015, uno de los yihadistas te quemó el piano ¿Qué sentistes?
Sentí que estaba prendiendo fuego a toda Siria no solo a
mi piano. Me acordé de Zeinab, la pequeña niña de 12 años de edad que
cantaba y escuchaba como tocaba el piano y que un francotirador la mató
en plena calle. Me di cuenta de que estaba poniendo en peligro la vida
de mucha gente, a pesar de que la música no es algo que se pueda palpar,
sino que es algo que aparece y desaparece en el aire, en la atmósfera.
Pensé que debía de dejar de tocar el piano y concentrarme en cómo poner a
mi familia a salvo. Y salisteis dirección a Europa, ¿Cómo fue el viaje?
Fueron tres meses horribles. De Damasco llegamos a Homs
donde nos detuvieron. Cuando nos dejaron en libertad decidimos que mi
mujer y mis hijos regresara a Yarmuk mientras yo seguía camino. Pasé a
Turquía, Grecia, los Balcanes. Ya sabes, como miles de refugiados. ¿Cuál fue tu primera impresión cuando llegaste a Alemania?
En lo único que pensaba era en cómo reunirme con mi mujer
y mis hijos. No estaba dispuesto a tocar más el piano, ni hacer ningún
concierto hasta tener conmigo a mi familia. Hubo mucha gente en Alemania
que me ayudó para conseguirlo. Me reuní con ellos al cabo de un año.
Hay gente que lo consigue después de tres o cuatro años, o no lo logran. La UE se comprometió a acoger a 160.000 refugiados y de momento tan solo ha acogido al 25%. ¿Decepcionado?
Si claro que estoy decepcionado. No me gusta como ha
actuado Europa, pero también hay que hablar de lo que han hecho los
países árabes. ¿Cuántos refugiados han acogido los países ricos del
Golfo, países como los Emiratos Árabes Unidos o Arabia Saudí, por
ejemplo? Ninguno. La extrema derecha crece en Europa, y de manera especial en Alemania...
Y me preocupa mucho. Que suceda esto no solo es horrible
para nosotros los refugiados, sino también para los propios alemanes. Al
menos nosotros somos sirios y si la situación mejora tendremos la
opción de regresar a nuestro país, pero los alemanes que sufren las
consecuencias de la extrema derecha están en su país. ¿Visto lo visto, crees que chiís, sunís y kurdos podrán vivir juntos otros vez en Siria?
No creo que sea un problema de identidad, étnica o
religiosa. El problema radica en los grandes países que apoyan a uno u
otro de estos grupos. No queremos ni a los rusos ni a los americanos. No
necesitamos tampoco que los turcos apoyen militarmente a otro grupo.
Hemos vividos muchos años juntos sin problemas. ¿Tienes pensado regresar alguna dia a Siria o Palestina?
Yo no soy un hombre político. Soy un músico a quien le
gusta tener libertad para expresarse. Eso para mí es muy importante.
Oriente Próximo es un lugar donde no es nada fácil expresarse
libremente. Claro que sueño con poder regresar algún día a Palestina.
También es un gran sueño poder regresar al campo de Yarmuk, porque es
parte de mi vida, es mi ciudad. Pero eso no es fácil. Si vuelvo, ¿voy a
encontrar el Yarmuk de antes? Tenemos una guerra civil y el odio sigue
creciendo.
Yo nunca estaría con el marido de mi madre porque podría ser mi padre. Además el marido de mi madre me acosaba sexualmente desde mis cinco años de edad y siempre me dió asco, lo conté en el colegio a la profesora y a los niños de clase y esto lo conté en el blog, y él nos pegaba a todas en casa, incluso violó a su hija cuando ella tenía 12 años. Todo esto no se puede hacer en el cristianismo apostólico y romano porque una niña nazca bastarda, porque esta religión nació para liberar a los esclavos y para liberar a los bastardos judíos a los que se les apartaba de la congregación hasta la décima generación, es decir que se les apartaba a ellos y se apartaba a sus descendientes hasta la décima generación de nacidos. Creo que hoy 2000 años después recogemos a sus bastardos y que los que no son bastardos vienen a nuestra iglesia, se casan con cristianos y mantienen las dos religiones a la vez, y están haciendo mucho daño dentro de la iglesia. Los bastardos no creo que hagan daño porque no pueden volver a donde no les dejan entrar en la congregación y nadie quiere una comunidad que le expulsa, pero la madre de mi padre biológico y el tio que trajeron a mi vida cuando este tío y yo éramos niños y que se lleva comiendo mi vida desde que yo tengo 13 años son de estos, los dos, ella y él, y un cáncer te lleva antes y te hace menos daño. Jesucristo vertió su sangre para liberar a los cristianos así que yo soy libre por la religión, y las leyes occidentales protegen los derechos humanos , y no se puede discriminar a nadie por motivo de nacimiento según la Constitución y leyes internacionales de 1945 d.c. y leyes europeas de 1990 d.c. superiores a ella. El marido de mi madre podía haberse divorciado de ella, buscar otra mujer y tener hijos, pero quería el ADN y el apellido de mi familia materna superiores al suyo y a todo no se puede estar. Esto no tiene cabida en el cristianismo y no tiene razón lógica ni excusa que lo sostenga.
De
entre todas las leyendas que alguna vez han adornado los años de
historia de Granada, hay una que encoge el corazón. Esta es la
misteriosa historia de las hijas de Mohammed El Zurdo
que aún hoy día hay quienes dicen que sigue latente tras los muros de la
Alhambra. Y como suele suceder en estos casos todo sucede por amor.
En primer lugar por el
amor enfermizo de un padre hacia sus hijas. El Zurdo, que así era como
lo llamaban entonces en el Reino de Granada a este sultán, se había
enamorado primero de una cristiana a la que raptó para hacerla su
esposa. Como solía pasar en aquella época, no tuvo que hacer demasiado
para someter a una mujer que acabaría dándole tres hijas: Zoraida, Zorahaida y Zaida.
El relato cuenta que El
Zurdo fue a ver a un vidente para que le contase qué futuro le esperaría
a sus hijas y poder vivir más tranquilo. Aunque la respuesta que
encontró no era precisamente alentadora ya que lo que el vidente le confesó es que si algún día sus hijas conocían el amor, sería la perdición de la familia.
Por eso el sultán ordenó encerrarlas en una torre de la Alhambra.
Allí vivirían toda su vida y con tiempo de sobra para poder evitar que
ningún hombre las cautivase. Solo tenían contacto con las nodrizas (algo
así como madres postizas) que les hacían la vida más fácil. Al menos
hasta que fuesen lo suficientemente mayores como para enamorarse.
Un día, desde una de las
ventanas de la torre, vieron llegar a soldados musulmanes con presos
cristianos. Las tres princesas inmediatamente se enamoraron perdidamente de los jóvenes a los que vieron,
soñando con poder estar algún día con ellos. Pero como en toda leyenda,
la realidad era siempre mucho más cruel con ellas hasta que el destino
jugó las cartas a su favor.
Así un día las tres princesas y los tres presos se conocieron y entablaron una relación tan intensa que las hijas de El Zurdo tuvieron la necesidad de huir.
Algo que intentaron de hecho con la ayuda de sus nodrizas de tal manera
que prepararon un plan perfecto para marcharse juntos a Córdoba.
Todas menos Zoraida.
Pues aunque Zoraida amaba a su conquista, también quería mucho a su
padre y no sabía si sería capaz de vivir en paz sabiendo que el sultán
se volvería loco por la pérdida. Por esa razón Zoraida fue incapaz de
abandonar la torre quedando sola, sin sus hermanas y sin su amado,
cautiva en dicho espacio de la Alhambra. Allí moriría y allí lamentaría
su desdicha eternamente. Pues cuenta la leyenda que aún hoy en las
noches de luna llena se puede escuchar un llanto de desconsuelo de una
torre de la Alhambra. De la torre que hoy todos conocemos como la Torre de la Cautiva.
Una joven denunció que fue drogada con burundanga y violada en una fiesta VIP en Morón
La víctima realizó la
denuncia en la Comisaría de la Mujer de ese distrito, donde se inició
una causa por 'Abuso Sexual' que, hasta el momento, tiene dos imputados.
Una adolescente de 19 años fue drogada con burundanga y violada en
una fiesta VIP realizada en una casaquinta de la localidad bonaerense de
Morón, donde perdió el conocimiento después de beber un trago que le
ofreció un joven, quien luego abusó de ella y le dejó dos preservativos
dentro del cuerpo, aunque sospechan que podría haber sido abusada por 10
personas.
La víctima, que es asesorada legalmente por el abogado Matías
Morla, realizó la denuncia en la Comisaría de la Mujer de ese distrito,
donde se inició una causa por "Abuso Sexual" que, hasta el momento,
tiene dos imputados.
En diálogo con DIARIO POPULAR, la hermana de la chica ultrajada
brindó detalles de la noche de terror en la que ocurrieron los hechos.
"Ella fue con un amigo a una fiesta en una casaquinta en Morón. Allí
conoció a un hombre y se pusieron a tomar algo. A partir de ese momento,
mi hermana perdió el conocimiento", comienza a relatar Valeria.
"No recuerda nada"
"Lamentablemente no recuerda nada, tiene algunos flashes, algunas
imágenes. Nos contó que se despertó muy mareada arriba de un auto
manejado por el muchacho que la drogó y otro joven más. Apenas abrió los
ojos, el violador le dijo 'sacate el forro que te quedó adentro'. Ella,
como pudo, se extrajo un profiláctico y volvió a desvanecerse",
explicó.
Según la versión de Valeria, su hermana "se volvió a despertar en
el portón de mi casa, hasta donde la llevaron en ese auto". "Entró como
pudo y se fue a acostar. Al otro día se levantó, fue al baño y se sacó
otro preservativo del cuerpo".
Al tomar conciencia de lo que le había ocurrido, entró en estado de
shock y comenzó a averiguar lo que le había ocurrido. Tanto el amigo
que la llevó a la fiesta como el que conoció allí (ambos imputados),
negaron haber tenido responsabilidad en los hechos cuando la víctima los
llamó por teléfono.
Testigos no hablan
"Nadie le decía nada concreto. Todos los potenciales testigos de la
fiesta se negaron a hablar con ella y dicen no saber nada. Estaba tan
desesperada que vino a hablar conmigo y me contó todo", indicó Valeria.
"Luego -continuó- fuimos juntas a la Comisaría de la Mujer de Morón e
hicimos la denuncia".
"Está quebrada"
Tras la denuncia, la víctima fue derivada al Hospital Santojanni de
Capital Federal, donde fue sometida a un tratamiento de profilaxis para
prevenir enfermedades de transmisión sexual, un protocolo que se aplica
en víctimas de abuso sexual.
"Está completamente quebrada. Le destruyeron la vida. Por lo menos
está contenida, en el hospital tiene atención psicológica con
especialistas en este tipo de casos", manifestó Valeria.
En la causa intervino la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Nº 7
del Departamento Judicial de Morón, a cargo del fiscal Matías Rapazzo.
Del estudio pericial y patológico realizado en las últimas horas surge
que la víctima podría haber sido abusada por al menos 10 personas.
La Policía asocia los hechos a la famosa "Banda de la Burundanga"
de Parque Leloir, aunque se esperan más detalles porque la causa se
encuentra en plena investigación.